martes, 13 de marzo de 2012

Exposiciones: Primera Guerra Mundial

Plan Schlieffen: Se denomina Plan Schlieffen al plan propuesto durante la Primera Guerra Mundial por el jefe del Estado Mayor del II Reich alemán, Alfred Graf von Schlieffen. El plan consistía en que Alemania sacrificaría en el este la Prusia Oriental y se retiraría al Bajo Vístula, en beneficio de un poderoso frente ofensivo en la frontera francesa. El Ejército Alemán movilizaría 1.500.000 hombres para el ataque en el Oeste, mientras mantendría 500.000 en el Este para rechazar el ataque de los rusos, que sumaban 2.700.000 hombres.1 Los franceses y británicos movilizarían cerca de 3.901.000 hombres en las primeras semanas para rechazar al enemigo.
El grueso de sus fuerzas atravesaría Bélgica, para emprender luego —desde el norte y con el máximo de medios en el ala derecha— una ofensiva para cercar al ejército francés, destinada a la destrucción total de las tropas aliadas. Una vez conseguido este objetivo, deberían volverse hacia la frontera rusa, cuya movilización militar sería más lenta.
Schlieffen no tardó en encontrar problemas. El ejército alemán debería extenderse hacia el norte con una potente ala derecha pero sin debilitar el centro y la izquierda, pues allí se esperaba el ataque francés principal. Para ello le faltaban divisiones y hombres. No podía esperar que el ejército regular (el que se mantiene en épocas de paz) pudiera asumir tan largo frente. Pero se le ocurrió una solución innovadora: usar los reservistas. Los reservistas eran considerados soldados mediocres y únicamente aptos para labores de ocupación y retaguardia, no para la lucha, pero Schlieffen decidió sumarlos al frente. Así pudo mantener una ala derecha potente y el centro y la izquierda lo suficientemente fuertes como para detener el ataque francés.




Guerra de trincheras: La guerra de trincheras o guerra de posición es una forma de hacer la guerra, en la cual los ejércitos combatientes mantienen líneas estáticas de fortificaciones cavadas en el suelo y enfrentadas. La guerra de trincheras surgió a partir de una revolución en las armas de fuego y a un incremento en su poder, sin que hubiese al mismo tiempo un aumento en la movilidad y en las comunicaciones. Hubo períodos de guerra de trincheras en la Guerra Civil Estadounidense (1861-1865) y en la guerra ruso-japonesa de 1904-1905, pero llegó a su punto máximo de brutalidad y mortalidad en el Frente Oeste de la Primera Guerra Mundial.



Gas mostaza: El gas más infame y efectivo de la Primera Guerra Mundial fue el gas mostaza, un vesicante introducido por los alemanes en julio de 1917. El gas mostaza no pretendía ser un agente letal (aunque lo era en altas dosis), sino que estaba diseñado para acosar e incapacitar al enemigo y contaminar el campo de batalla. Se disparaba dentro de proyectiles de artillería, y era más pesado que el aire. Se posaba en el suelo en forma de un líquido y se evaporaba lentamente sin necesidad de luz solar.
La naturaleza contaminante del gas mostaza implicaba que no siempre era adecuado para apoyar un ataque, ya que la infantería de asalto quedaría expuesta al gas durante su avance.
El gas nunca volvió a tener un éxito tan dramático como el que tuvo 1915, sin embargo, se convirtió en un arma estándar que, combinada con la artillería convencional, se utilizaba para apoyar la mayoría de los ataques en las fases finales de la guerra. 




Ametralladora: Arma de fuego capaz de disparar gran cantidad de proyectiles de forma sostenida accionada automáticamente por la energía obtenida del disparo. Durante la Primera Guerra Mundial las ametralladoras eran armas pesadas, montadas sobre un trípode o ruedas al estilo de un pequeño cañón. Para resistir las ráfagas continuas sin quedar inoperativas los cañones iban montados dentro de cilindros que se podían rellenar con agua para refrigerar el arma. Su aparición cambió decisivamente el sistema de combatir que no había sufrido grandes evoluciones desde las épocas napoleónicas y junto a la artillería obligó al uso de trincheras y convirtió la guerra en líneas estáticas desde las que se lanzaban asaltos masivos de infantería contra las líneas enemigas que normalmente acababan en masacres inútiles. Como respuesta a la ametralladora aparecieron el carro de combate para asaltar las líneas defendidas por ametralladoras y las primeras soluciones que permiten a la infantería llevar armas automáticas para el asalto como el subfusil o las primeras ametralladoras ligeras. 




Tanque: El tanque fue desarrollado por el Reino Unido en la I Guerra Mundial como una solución al estancamiento por la guerra de trincheras que tenía el frente occidental. Uno de los objetivos primordiales era facilitar el traslado de la infantería de la trinchera amiga a la enemiga sin que la infantería transportada tuviera algún daño, cosa difícil en la Primera Guerra Mundial, pues la infantería estaba día y noche expuesto al fuego enemigo de la infantería y artillería. A la vez, el carro de combate causaría terror entre las filas enemigas. Cuando se le dotó al carro de combate de un cañón no solo un medio de transporte militar todoterreno, sino que al fin tenían potencia de ataque.
Los británicos tomaron el liderazgo del desarrollo del carro de combate, los franceses no se quedarían atrás y presentaron sus primeros carro de combates en 1917. Los alemanes, sin embargo, fueron más lentos en la nueva arma, concentrándose en armas anticarro de combate más que en carro de combates.
Los resultados iniciales con los carros de combates fueron variados, con problemas de fiabilidad causados por desgastes considerables cuando el carro de combate entraba en combate y en el movimiento.
Conseguía sobrepasar obstáculos, especialmente trincheras muy anchas, con más facilidad que muchos vehículos de combate modernos.
Finalmente, el carro de combate dejó la guerra de trincheras obsoleta, y se utilizaron miles de carro de combates en el campo de batalla por las fuerzas británicas y francesas, realizando una contribución significativa a la guerra.




Submarino: Un submarino es un tipo especial de buque capaz de navegar bajo el agua además de la superficie, gracias a un sistema de flotabilidad variable. Usados extensamente por primera vez en la Primera Guerra Mundial, en la actualidad forman parte de todas las armadas importantes.
 Durante la Primera Guerra Mundial los estrategas militares dieron verdadera importancia a las batallas navales. Primero trataron con modelos que usaban energía diésel y eléctrica pero requerían ser recargados con frecuencia y solo alcanzaban una velocidad máxima de 10 nudos (16 km/h). La capacidad de los U-Boot para servir como máquinas de guerra útiles residía en nuevas tácticas, en su número y en tecnologías submarinas tales como el sistema de energía diésel-eléctrico que había sido desarrollado en años anteriores. Más como barcos sumergibles que como submarinos modernos, los U-Boot operaban primordialmente en superficie usando motores convencionales, usando sus baterías para sumergirse ocasionalmente y realizar ataques. Su casco tenía una sección aproximadamente triangular, con una quilla distintiva, para controlar el oleaje, y una proa distintiva.




Gran Berta
La Gran Berta no fue una cantante de ópera entradita en carnes, sino un cañón que se utilizó durante la Primera Guerra Mundial y cuya actuación fue definitiva en la victoria de las batallas de Lieja y Namur. Su construcción a cargo de la fábrica de armamentos Krupp, se realizó por encargo del Estado Mayor alemán que solicitó una pieza capaz de destruir las fortificaciones francesas. Krupp lo produjo y entró en funcionamiento en 1914.
Este arma tenía un calibre de 420 mm y disparaba munición de hasta 830 kg de peso a una distancia de 12 kilómetros, su peso total era de 70 toneladas. Sus amplias medidas obligaban a transportarlo desmontado y en cuatro remolques arrastrados por dos tractores Daimler Benz y montarlo de nuevo una vez alcanzado el punto exacto desde el que atacar.
Aunque su nombre técnico era M-42 y se le denominó cañón naval corto para disimular el propósito para el que había sido fabricado, Alfred Krupp, propietario de la fábrica de armamento, lo bautizó con el nombre de su hija, Bertha y los soldados en el frente al ver su tamaño le dieron el apodo de Grosse Bertha o Berta la gorda, aunque ha pasado a la historia como La Gran Berta.
Al principio de la Primera Guerra Mundial los alemanes contaban con dos Gran Berta, y a lo largo de la contienda se llegaron a construir 16 más. Su uso fue muy efectivo en el asalto a los fuertes de Lieja, Namur y Amberes aunque no tanto en Verdún por ser su construcción más reciente y estar reforzado su hormigón con acero.



Jennifer



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