martes, 13 de marzo de 2012

Marcel Duchamp (Rueda de bicicleta)


Especialmente conocido por su actividad artística, su obra ejerció una fuerte influencia en la evolución delmovimiento pop en el siglo XX. Al igual que este, abominó de la sedimentación simbólica en las obras artísticas como consecuencia del paso del tiempo, y exaltó el valor de lo coyuntural, lo fugaz y lo contemporáneo. Duchamp es uno de los principales valedores de la creación artística como resultado de un puro ejercicio de la voluntad, sin necesidad estricta de formación, preparación o talento.

Los dadaistas consideraban el arte como el apoyo de una sociedad burguesa destinada al fracaso y le daban la culpa por no haberla llevado a mejor fin. Es fácil suponer la repercusión de estas afirmaciones en una sociedad que, heredera de los conceptos románticos, consideraba al artista como un ser singular, privilegiado y dotado de facultades poco comunes. Para el dadaismo, el artista era un hombre sin ningún tipo de aptitud especial, y así es como tenía que considerársele. Duchamp propuso utilizar un Rembrandt como tabla de planchar y dibujo unos bigotes en una reproducción de La Gioconda como símbolo de la ruptura con un arte que no era expresión de las auténticas preocupaciones humanas.

Duchamp quiso elevar a la dignidad de arte a objetos simples y cotidianos, los famosos ready-made (objetos manufacturados), como prueba de que el arte era, sobre todo, una actitud mental que residía en el espectador y que, mediante la representación de estos objetos en una sala de exposiciones, se apreciaban las calidades estéticas y no las utilitarias que normalmente sugerían.

En 1913 toma la horquilla delantera de una bicicleta, junto con su correspondiente rueda, y coloca el conjunto al revés, sobre un taburete de estudio. A continuación, forma con su nombre esta construcción de objetos, como si se tratase de una obra de arte. A partir de ese momento, este montaje adquiere un valor de obra de arte, no porque lo sea en el sentido tradicional, con mayúscula -además la pregunta sobre si lo es en realidad permanece sin respuesta- sino porque el público, el aficionado o el coleccionista se comportan ante ese objeto exactamente igual que ante una obra de arte. El taburete del taller soluciona de un plumazo el problema de la peana, cosa que Brancusi no había logrado con su híbrida gama de formas artístico-decorativas. Sin embargo, el escabel no es simplemente un pedestal: representa el sillín de la bicicleta.
Desde entonces se advierte que Duchamp ha colocado el mundo cabeza abajo: el sillín en la parte inferior, y la rueda, arriba. La rueda se mueve sin desplazarse de lugar. Agita el aire circundante como si fuese una escoba mecánica y, además, resulta bastante más convincente que las Formas únicas de la continuidad en el espacio de Boccioni". 


Jennifer

No hay comentarios:

Publicar un comentario